sábado, 27 de marzo de 2010

Los J.A.S.P (Joven Arabe Sableador de Pasta)

Se acabo, mira que intente ser políticamente correcto (o al menos, no salpicar demasiado) en el ultimo post acerca de toda esta milonga pampera que se han creado entre el gobierno, las diputaciones, los trincones de plantilla y todos los poceros que van en segunda fila, para no salir en la foto, pero ni por esas, no hay manera de estar tranquilo, porque intentan justificar lo injustificable, desde el consejero de turno pasando por el psicólogo de cualquiera de esas colonias de verano 5 estrellas a las que llaman "centros de acogida", hasta los gestores y los educadores de las mismas.

Conozco muchas, muchas historias acerca de los moros (y a partir de ahora les llamare por su nombre, tal como indica el Diccionario de la Lengua, y para callar a meapilas, adjunto definición)
MORO: (Proveniente del latín Maurus)
  1. adj. Natural del África Septentrional frontera a España.
  2. adj. Perteneciente o relativo a esa parte de África.
  3. adj. Que profesa la religión islámica.

Como decía antes de la definición, y una vez aclarado el correcto uso del termino moro, conozco de primera mano muchas historias, no de oídas, sino por haberlas vivido por las circunstancias de mi trabajo, y permitirme que me explaye, y generalice, y pueda ser políticamente incorrecto (porque para eso escribo yo, y el que no este de acuerdo, que deje de leer), y diga que salvo alguna excepción (a la que no tengo el gusto de conocer), son una panda de hijos de perra, con mas mili que el Cabo Finisterre, se conocen la ley mejor que cualquier abogado penalista con dos master, y saben lo que hay en este país de gilipollas mingafrias que no se atreven a aplicar una ley democrática y normal como la de cualquier país que se diga civilizado, que es la Ley de Extranjeria, y claro, así nos luce el pelo.

Pero no vamos a echar todas las culpas a los menores, que va, ya que me he puesto, vamos a hacer de ventilador y a esparcir la mierda, porque hay para todos, empezando por las familias de los chavales, allá en Marruecos, a los que debo suponer que un hijo menos en casa supone una boca menos, y por tanto, menos problemas para que el resto puedan comer. Y no me valen las batallitas trilladas de que vienen a buscarse un futuro, mas que nada porque en pleno siglo XXI, existen teléfonos moviles, Internet, televisión, y Marruecos no es la Isla de Pascua, y allí saben tan bien como aqui lo que hay, pero Yusufito estará mejor allí que aquí, porque aquí si le pillan violando a una menor, como que le rebanan los huevos con una hoja de afeitar oxidada a mediodía en la plaza del mercado, y en España, como son mas garantistas con la ley, pues lo juzgaran primero y tal, y lo mismo se libra por algún defecto jurídico, como que no le hayan leído sus derechos en marroquí, o así.

Y luego, evidentemente, esta el Gobierno del Mohamed VI, que por un lado trinca la saca de millones que le suelta el Gobierno Español para que frene la inmigración (Me imagino esas reuniones y se me cae la baba como Homer Simpson, algo del estilo, Mohamed colega, echa el freno a los chavales, que tengo 1500 y no se donde meterlos, anda toma este taloncito de 1 millón y a ver que puedes hacer) mientras por otro les arrea con la vara como a los pavos para que plieguen velas de allí, porque menos jóvenes en las calles, son menos problemas de los que preocuparse, menos posibles manifestantes que le jodan la marrana y menos capullos en los que tener que invertir pasta, pasta que esta mejor en las cuentas de Cayman o Suiza que invertida en intentar darles herramientas para que se busquen la vida.

Así que el moro que quiere tirarse a la piscina no tiene mas que entrar en contacto con alguna de las mafias que hay a uno y otro lado de la frontera, y pegarse una carrerilla para saltar la valla o meterse dentro de algún camión, con la certeza aprendida por otros colegas moros que les precedieron, que en el peor de los casos, se ganaran una furibunda mirada reprobatoria del picolo de turno que les descubra. Sin embargo, la sensación desagradable de la mirada no durara mucho, porque estará la reconfortante sonrisa de los voluntarios y voluntarias de la Cruz Roja que le darán mantas, café, agua te o leche, fruta, bollería, ropa seca y limpia, y claro, las penas con pan ya empiezan a ser menos, y se pasa el mal trago de la mirada de mala leche del picolo, que se desvanece poco a poco como un mal sueño ante la comprobación palpable de que lo que le contaba su primo Hassanito cuando le llamaba (usando un móvil que se había comprado con el dinero que le habían dado en un hotel en el que estaba) desde un pueblo llamado Elgueta, o Zumarraga, o Loiu, es verdad. Que en este país son gilipollas, y si te pillan haciendo algo malo, encima te sonríen.

Y damos otra vuelta de tuerca y ya pasamos a territorio nacional, y vemos a esos pobres guardias civiles en la frontera, en Ceuta o Melilla, con pocas ganas de trabajar porque como patinen un centímetro y le engatillen un porrazo mal dado a un moro que se pase por la bisectriz el "alto a la guardia civil", se busca la ruina, y claro, teniendo los jefes que tienen, mas preocupados de no tener marrones mas que de defender nuestras fronteras, pues para que quieres mas. Si el moro quiere pasar, pues que pase, y si es menor, pues mejor para el, mas vida por delante que tiene.

Tenemos el mismo brío defendiendo nuestras fronteras que en el resto de nuestra política exterior, es decir, vamos a pasitos cortos, pero seguros. Cortos porque vamos a las mesas de negociación con los pantalones por los tobillos, y claro, los pasos han de ser cortitos para no trastabillar. Y son seguros porque como vamos a cuatro patas, es casi imposible caerse. Pero eso si, ojito con meterse con nosotros, que somos cabeza de puente de Europa.

Total, que ya tenemos al moro imitando a su antepasado Tariq, y aplicando la doctrina de pies húmedos de los gringos con los cubanos, así que como ya esta en España, es problema español. Y nada mas fácil que dirigirse (lo saben por misteriosa ciencia infusa) al area social de cualquier ayuntamiento, donde les contara que tiene un primo que se llama Hassanito y vive en el Norte, no sabe bien donde, pero al currela de turno tampoco le importa, así que mejor le encasqueto un bocata de mortadela (pero sin cerdo, que hay que respetar sus costumbres, faltaria mas) y le saco un billete para Madrid, y allí ya preguntara por Hassanito, y mira tu que casualidad, además, me quito el marrón de en medio.

Y aquí tenemos a Yussufito en Madrid, con algo de miedo en los ojos (pero cada vez menos, porque lo va reemplazando la sorpresa por el comportamiento de la gente) buscándose la vida para ir donde esta su primo Hassanito. Y claro, lo que toca es preguntar a la policia, aunque esto le acojona un poco, mas que nada porque en su pais, los policias no son especialmente comunicativos por via oral, sino que son mas bien de explicar las cosas con mimica, pero en fin, hace lo que le ha dicho Hassanito tragandose el acojono, y para su sorpresa, los policias lo montan en un coche (no sabe si son policias porque no llevan uniforme) le llevan a un hospital, le hacen una radiografia del brazo, y lo llevan a un albergue, albergue en el que esta Ahmedito, que es un hijo del amigo de su padre.

Alli Ahmedito le empezara a enseñar las bondades del pegamento, la cola y los disolventes industriales, lo que debe decir cuando le detenga la policia por algo, y todas esas cosas que componen el manual de supervivencia urbano que todo buen moro menor debe conocer en España, y con el tiempo, cuando el miedo y la inocencia que traia en los ojos se le hayan borrado y haya desparecido toda traza de juventud, cuando cualquier resquicio de esperanza, cualquier indicio de motivación y ganas de mejorar su vida y la de los suyos haya desaparecido, Yussufito se acordara de su primo el del Norte, Hassanito, con el que se ha mantenido en contacto gracias al movil que se ha comprado con la pasta que le sueltan el hotel.

Y asi, un buen dia, saldra del hotel por la mañana con una mochila diciendo que se va a la piscina, le pegara un corte de mangas al segurata de la puerta del hotel (que tiene porra pero no le puede pegar, porque Yussufito ha aprendido que su palabra en un juicio vale tanto a o mas que la del segurata) y se ira a la estación de autobuses, a coger un bus que le lleve, al fin, donde su primo Hassanito.

Total, que ya tenemos a Yussufito con su primo Hassanito en el Norte, y aplicando el procedimiento, se presenta en una comisaria de la Ertzaintza (a estas alturas tiene mas mili que la foca Peluso) y les dice que es menor, que quiere ir a un albergue, y de paso les pide tabaco.

Ahi puede haber una crisis, es un momento decisivo, pero no, para eso estan los desarrollados planes con una eficacia mas que contrastada, desarrollados por personas y personos implicados plena y profundamente en la ayuda a estos pobres menores magrebies, que vienen desamparados y mas perdidos que un gitano en la Biblioteca del Congreso de Washington.

Esto quiere decir que el menor se va a un centro (en el caso que conozco, con piscina y gimnasio) a aprender un oficio, con estudios, ropa, comida, medico, dentista y dinero para sus gastos, todo ello para paliar el sin duda angustioso periplo que ha vivido desde su huida de Marruecos hacia los Campos Eliseos de una España convertida en un anuncio de compresas, todo feliz, todo bondad, chupi guay.

Y aqui acaba la alegre historia de Yussufito, un joven magrebi que se marcho de su casa para buscar un futuro, y lo encontro en España, y encima gratis.

Lo dije en el post anterior, y lo mantengo, malditos seais todos los politicos por empujar al pueblo al radicalismo. Llegara un dia en que en España aparecera algún hijo de puta con labia (en España de eso nos sobra) que hara que Jean Marie Le Pen parezca hijo de la Pasionaria, al tiempo.

De momento, en Cataluña ya ha salido uno, se llama Anglada. Seguro que mas de uno se llevara un susto en las elecciones catalanas, pero sabeis que? Se lo tendra merecido, por demagogo y asqueroso. Luego todo sera negar la mayor y decir que no, pero ahora que pueden arreglarlo, mejor dejar las cosas como estan. Por si acaso, que a mi no me puedan decir nada.

Lo que los politicos olvidan es que los votos son individuales y secretos, igual que las malas hostias que se hace esta sociedad, que tiene pocas virtudes, pero muchos defectos, entre ellos, el rencor. Y quien tenga oidos, que oiga, como decia aquel.

Todo esto sin acritud, que conste.

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