viernes, 23 de julio de 2010

Roja y una estrella

Han pasado días ya, y parece que la ola de entusiasmo que recorrió España entera ha bajado en intensidad; Y sin embargo, sigue ahí, oculta a primera vista pero visible si uno se fija un poco; Una bandera de España en algún balcón, un chaval aquí o allá con la camiseta de la selección, comentarios sueltos....

Nunca he sido futbolero (de hecho, suelo aprovechar las debilidades futboleras de la gente para meterles caña), pero tengo que confesar que cuando vi a Iker Casillas levantar la copa de campeones de fútbol y rugir echando fuera los demonios del miedo, la inquietud y los fantasmas de todos los mundiales anteriores, me emocione, y mucho. Sentí como un beso en el corazón y una sensación que pensaba perdida, o al menos, olvidada. La sensación de orgullo.

Recuerdo que pensé para mi: "esta es la sensación que debían de sentir los Tercios cuando metían varilla en Flandes a los herejes, o el orgullo de Blas de Lezo cuando les dio las suyas y las de un bombero a los ingleses en Cartagena de Indias."

Me quede pegado al televisor, consciente de que estaba viviendo un momento histórico, y mi corazón sonreía viendo las conexiones con todas las ciudades de España, mientras la gente en la pantalla saltaba, se abrazaba y celebraba algo que había tenido la magia de devolvernos en lo que realmente somos (y los asnos de los políticos se han empeñado en destruir). Un gran pueblo.

Mas tarde, por la noche, me fui a dar un paseo con mi perra, y por la calle se veía gente con banderas españolas, orgullosa como si acabara de vencer un batalla que parecía imposible, y me costaba dejar de sonreír, porque mientras paseaba iba dándole vueltas a como somos. Con la que esta cayendo, pensaba para mi; Con el Estatut, el paro, ZP y su ONG, y miranos, basta que nos den un motivo, una excusa, y nos unimos como una piña, gritando a los cuatro vientos el orgullo de pertenecer a una nación con mas de 4000 años de historia, grande entre las grandes, que no ha tenido problemas en tratar de tu a tu a las teóricas superpotencias (que se lo pregunten a nuestros vecinos gabachos y nuestros coleguillas de la Pérfida Albión).

Mientras miraba el mar, pensé en mi hermano, que habría disfrutado como un cochino en un maizal (seguro que hasta se hubiera comprado una camiseta de la selección odiando como odiaba el fútbol) con la sensación que ha recorrido España entera gracias a un grupo de futbolistas que han ganado un campeonato del mundo de fútbol.

Asi que por mi parte, solo puedo darles las gracias por haberme dado un momento que, aparte de historico, me ha hecho revivir la sensación de sentirme orgulloso de ser Español. Sin interpretaciones politicas o zarandajas varias; Orgulloso de vivir en un pais, que por unos dias, ha recuperado el sitio que por historia y derecho le corresponde y que por merced de una cuadrilla de apandadores, se ha perdido.

Gracias a todo ellos, por lo que nos han regalado, gracias por esa estrella que a partir de ahora podremos lucir en la camiseta de la selección nacional como simbolo de que somos grandes, y en especial, por volver a dar vida a la sensación de sentirse orgullos de ser Español.

Todo esto sin acritud sino con orgullo, que conste

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